Comunicados

Comunicado de 25 febrero 2017 tras la publicación de la sentencia

LAS ESCUELAS INFANTILES PÚBLICAS SON PARA TODOS

El pasado jueves los juzgados nos dieron la razón a las familias que denunciamos al Ayuntamiento de Pamplona por expulsar de las Escuelas Municipales Infantiles a nuestros hijos. La sentencia, a pesar de no ser firme, supone una victoria moral para nosotros, pero el daño ya está hecho. Esperamos que esta sentencia sirva para que este tipo de atropellos que vulneran los Derechos Fundamentales del Menor no vuelvan a repetirse; que ningún niño más se vea expulsado de su escuela ni su ciclo educativo se vea interrumpido.

Conviene recordar que la medida impuesta por el Ayuntamiento no solo estaba encaminada a aumentar las plazas en euskera. Además de cambiar el modelo de Fuerte Príncipe y Donibane, también sustituyó el local de la antigua E.I. Rochapea en euskera, un edificio ruinoso e insalobre, cuya adecuación total a las normativas vigentes no ha sabido encajar en el presupuesto, por el de la antigua Hello Rochapea, que es uno de los más modernos y amplios. A los alumnos de Hello Rochapea los desplazó a la Chantrea a la actual Hello Egunsenti. Mientras, los paganos han sido los niños de castellano de la Rochapea que han acabado en un edificio en sempiternas obras, que el Ayuntamiento pretende ahora cerrar. Una jugada en la que no se han aumentado las plazas de euskera y ha conllevado el destierro de los alumnos en inglés y posiblemente la desaparición de plazas en castellano. Y mucho dinero público malgastado.

También conviene recordar que esta sentencia no es contra la enseñanza en euskera sino contra el modo de imponerla. Cuando el Ayuntamiento nos comunicó hace un año su intención de ofertar euskera en por entonces nuestras Escuelas Infantiles a los padres nos pareció bien siempre y cuando se ofertara conjuntamente con las líneas en castellano y castellano con inglés, a lo cual el Ayuntamiento se negó. El Gobierno de Navarra parece haber escarmentado en piel ajena al considerar la nueva oferta de euskera en San Jorge y el Casco Viejo, lo cual es de agradecer.

El Ayuntamiento de Pamplona por su parte, sigue empecinado en su error (y pagándolo con los impuestos de todos los ciudadanos, por cierto) y promete recurrir la sentencia. Asegura que la sentencia era “esperable” por ser emitida “por el mismo juez que interpuso la suspensión cautelar”. Su lenguaje recuerda al de Donald Trump hace unas semanas al suspender una jueza su veto a la entrada en los EEUU de ciudadanos nacidos en siete países. No es nuevo que políticos torpes y demagogos como Trump y Asirón culpen al árbitro cuando les sorprende vulnerando los Derechos Humanos fundamentales.

No obstante, los padres que denunciamos al Ayuntamiento no queremos que, de hacerse firme la sentencia, se expulse a las familias que optaron por la enseñanza en euskera en esos centros. Esto supondría cometer el mismo atropello que el Ayuntamiento cometió con nosotros, y no estamos dispuestos a mostrar la misma falta de empatía y solidaridad que el gobierno municipal. Estamos a favor de la reintroducción progresiva de las líneas en castellano y en castellano con inglés que el Ayuntamiento eliminó, y su posible convivencia con las líneas en euskera en los mismos centros (tal y como solicitamos al Ayuntamiento hace ya un año). A ser posible, también nos gustaría que las trabajadoras temporales expulsadas por el Ayuntamiento se reincorporasen a sus puestos, ya que desempeñaban excelentemente su trabajo.

El Ayuntamiento de Pamplona debe recordar que presta un servicio a todos los Pamploneses, no solo a sus clientes y conmilitones.

Firman
Las familias afectadas por el cambio de modelo lingüístico en las EEII de Pamplona.

Comunicado de 15 febrero 2017:

Las familias piden plazas en castellano en Donibane y Printzearen Harresi
Hace una semana nos enteramos que el Gobierno de Navarra ha decidido abrir una línea de enseñanza en euskera en las escuelas infantiles del Casco Antiguo y San Jorge (ambas tenían oferta en castellano). Hace un año, a nuestros hijos, ya escolarizados, les tocó dejar su escuela infantil porque el Ayuntamiento impuso el modelo en euskera. Y no hubo manera de convencer al Ayuntamiento para que implementase el modelo en euskera de modo gradual, respetando el ciclo educativo de nuestros hijos o para que alternativamente abriese nuevas líneas en euskera, en convivencia con la oferta en castellano existente. Su respuesta fue siempre NO. La concejal de cultura Maider Beloki insistía en que no se podía abrir dos líneas en castellano y euskera en el mismo centro porque técnicamente era imposible. Pero nadie nos explicó cuáles eran los problemas técnicos, probablemente porque no había tales problemas. Y un año más tarde, y con menos prisas, resulta que sí se puede.

Supongo que comprenderán nuestra frustración al ver que una estrategia que podría haber dado respuesta a las necesidades de ambos colectivos, castellano y vasco-parlante, rechazada previamente por el Ayuntamiento, es ahora posible en otras escuelas de similares características, sin romper la gradualidad y progresividad en la enseñanza. No sabemos si el Gobierno de Navarra ha seguido esta estrategia por convicción o porque legalmente no es viable hacerlo como se hizo hace un año en las escuelas de nuestros hijos. Como saben, el proceso legal que las familias abrimos en contra de la transformación de Donibane y Printzearen Harresi/Fuerte Príncipe al euskera, así como el traslado de Hello Rochapea, sigue su curso. La actitud del Gobierno de Navarra parece que viene a darnos la razón: probablemente solo a él le compete hacer cambios de este tipo en las escuelas infantiles de Pamplona y, además, es posible que esté siendo especialmente cuidadoso, a diferencia del Ayuntamiento, en no vulnerar la Ley Foral del Vascuence.

En cualquier caso, nos alegra la decisión del Gobierno de Navarra porque abre la posibilidad de que las escuelas infantiles de Donibane y Fuerte Príncipe abran de nuevo oferta de plazas en castellano, en convivencia con las líneas ya abiertas en euskera. Ofrecer únicamente un modelo en euskera en estas dos escuelas no tiene sentido en base a los datos de la última encuesta realizada a la población de 0 a 3 años de Pamplona. En Donibane, solo el 17% de las familias dicen haberla elegido por la oferta en euskera. Y en Fuerte Príncipe, el 40% la han elegido por la oferta en euskera, pero el 46,7% de sus usuarios proceden de barrios del extrarradio de Pamplona y no del barrio de la Milagrosa. Teniendo en cuenta que las familias valoran como prioritario, según la citada encuesta, la cercanía de la escuela con respecto al domicilio, tanto San Juan como La Milagrosa deberían tener una Escuela pública infantil con oferta de plazas en castellano. Confiemos en que los datos de esta encuesta sirvan para algo.

Comunicado de enero 2017 como respuesta a la última encuesta presentada por el Ayto. de Pamplona

Escuelas Infantiles de Pamplona: mentiras, grandes mentiras y estadísticas

Hay gente que dice que existen mentiras, grandes mentiras, y luego están las estadísticas. Les une el común denominador de no saber Estadística, interpretar datos estadísticos y en particular encuestas. Parece ser que nuestros representantes políticos y en particular los integrantes de nuestro Gobierno Municipal pertenecen a este grupo de personas. Para ayudarles a entender las 92 páginas de la encuesta que han encargado acerca de las preferencias educativas de los padres y madres con niños de 0 a 3 años valga este texto.

En primer lugar, de los más de 7000 infantes de 0 a 3 años empadronados en Pamplona , 5400 demandan una plaza (sumando los matriculados y los que no han podido hacerlo por causas ajenas a su voluntad, págs. 6, 17 y 19). Sin embargo, el Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra suman poco más de 1500 plazas en las Escuelas Infantiles, y por lo tanto cubren una parte ínfima de esta demanda. Esta es la razón última de las diferencias de los porcentajes según se mida el total de los padres o solo aquellos que han conseguido entrar en las Escuelas Infantiles. Esta es también la razón de la nula utilidad de la encuesta realizada por el Ayuntamiento en el proceso de prematrícula para el curso 2016-17 (si no recuerdo mal, se prematricularon unas 1900 personas, y apenas algo más de 800 respondieron a la encuesta). Teniendo en cuenta el pequeñísimo número de plazas que ofertan en las Escuelas Infantiles, la mayor parte de los padres opta por ni siquiera presentar una solicitud para sus hijos. Esto a pesar de ser las mejor valoradas por la calidad de sus profesionales y sus magníficas instalaciones (los centros privados cuentan también con excelentes profesionales pero no pueden competir en instalaciones y son notablemente más caros). Como se pueden imaginar, la competencia por conseguir una plaza en una Escuela Infantil pública es feroz.

En segundo lugar, el 65-70% de los padres elegimos la Escuela Infantil por proximidad al domicilio o puesto de trabajo, mientras que solo el 12-13% lo hace basándose en su modelo lingüístico (pág. 20). Este dato por sí solo echa por tierra el argumento de zonificación en el que se basó la reestructuración de las Escuelas Infantiles el pasado Febrero. El Ayuntamiento parece gobernar solamente para ese 12-13% y no entiende que, si desea satisfacer la demanda lingüística de los ciudadanos, debe ofrecer todos los modelos lingüísticos en todos los barrios.

En tercer lugar, en los aspectos a mejorar (pág. 46), hay que descender a la quinta posición para encontrar respuestas asociadas al modelo lingüístico. Las propuestas de mejora que los encuestador priorizan son, por este orden: más plazas, más información, menores cuotas y más flexibilidad horaria (los centros abren a las 08:30 y la mayor parte de los padres y madres entramos a trabajar a las 08:00). Estas deberían ser las prioridades del Ayuntamiento.

En cuanto al dichoso modelo lingüístico (pág. 35), el más demandado es el castellano con inglés (41-43%), seguido del euskera (30-32%) y por último el modelo sólo en castellano (18-19%). Sin embargo la oferta, después de la reestructuración, es aproximadamente de un 25% de castellano con inglés (con una gran parte de las plazas en jornada parcial), un 25% de euskera y un 50% de castellano. Es notable que el Ayuntamiento no haya preguntado por el modelo (que ahora no se oferta) de euskera con inglés, cuya demanda es creciente especialmente entre los padres más jóvenes y en los barrios con mayor natalidad (como Buztintxuri, según la encuesta de 2013). Sería interesante saber cuántos de entre ese 30% de padres que quieren una educación en euskera para sus hijos quieren una inmersión total o
quieren combinarlo con el inglés o el castellano, pero el Ayuntamiento ha perdido otra oportunidad de averiguarlo.

Es también interesante ver cómo los padres que solicitan educación en euskera para sus hijos tienden a matricularlos en Escuelas Infantiles del Ayuntamiento o en Aulas de 0 a 3 años de colegios públicos, mientras que los padres que solicitan educación en castellano con inglés han matriculado a los suyos en una abrumadora mayoría en centros privados o concertados ( pág. 36). El motivo es el “efecto expulsión” que ha generado la reestructuración de las Escuelas Infantiles Municipales del año pasado entre los padres que preferían el castellano con inglés y el “efecto llamada” que ha generado en los padres que preferían el euskera. Esto explica también que “el 52.8% de los usuarios de las Escuelas Infantiles (Municipales) de Pamplona están satisfechos con la actual oferta lingüística”, ya que los que no lo están se han visto obligados a marcharse a otros centros (pág. 37). Hay que recordar que la mayor parte de los barrios de Pamplona tienen una o ninguna Escuela Infantil.

La combinación de estos efectos con la importancia de la cercanía al domicilio explica que a pesar de una “gran” demanda de euskera , las Escuelas Municipales Infantiles que fueron restructuradas para ofertarse en euskera este curso no han alcanzado el número de alumnos del año anterior (Goiz Eder ha cubierto las plazas a tiempo completo pero no las de jornada de mañana, que Hello Rochapea tenía a rebosar; el caso de Printzearen Harresi – Fuerte Príncipe es más curioso: el número de plazas ofertadas se redujo de 112 a 101 después de la escasa prematrícula, y finalmente acaba ofertando 89 plazas en su nueva web después de la formalización de la matrícula; en Donibane solo el 17-18% de los matriculados la ha elegido por el euskera, pág. 56). Esto ocurre porque la mayor parte de los padres que demandan euskera tampoco están dispuestos a moverse a otro barrio para conseguirlo. Mientras tanto, las listas de espera en castellano y castellano con inglés son mayores que nunca, siendo especialmente afectadas las de Mendebaldea y Hello Azpilagaña.

Esto es lo que ocurre cuando el Ayuntamiento utiliza los idiomas para expulsar del sistema público a una parte de la población y así tratar de garantizar plazas para la otra parte. Cabe recordar que hay suficiente demanda (5400 niños) como para ofertar el 100% de las 1500 plazas públicas en euskera y llenarlas con ese 30% de demandantes de euskera y aun así algunos se quedarían sin plaza, a costa de expulsar al 70% restante. Habría que preguntarse entonces si el 70% restante estará de acuerdo con mantener ese sistema con el dinero de sus impuestos.

Representante de las 62 familias denunciantes de la Reestructuración de las Escuelas Municipales Infantiles de Pamplona.

La ciudadanía indefensa

 Un buen día la Administración decidió aumentar la oferta de las plazas en las escuelas infantiles de Pamplona en la modalidad lingüística de euskera. Y como era algo urgente, sin datos ni estudios, se lanzaron a hacerlo. Y no se les ocurrió mejor manera que convertir dos escuelas a euskera de la noche a la mañana, sin gradualidad y sin consenso con las familias que ya tenían a sus hijos matriculados en las mismas. Y además, desplazaron a 287 familias de Hello Rotxapea a Egunsenti y de ésta a la escuela de la Rotxa, aunque todavía no sabemos cuál fue el motivo. Y encima, la Administración dijo a las familias que no pasaba nada, que se podían quedar en las escuelas aunque fuese en una lengua no elegida y con nuevas educadoras. Y que si no les gustaba, se podían ir a otra escuela, aunque no fuese la escuela elegida por ellos. Y muchas familias decidieron luchar contra la injusticia y la imposición. Primero, dialogando con Podemos/Aranzadi e Izquierda Ezquerra, que dijeron que expandir plazas en euskera era tan urgente que justificaba el atropello. Tras reunirse con las familias y educadoras afectadas, firmaron a favor del cambio de modelo lingüístico, dejando claro que la participación ciudadana y el consenso es tan solo un símbolo que enarbolan y nada más. Después, las familias se fueron al Parlamento y al Pleno del Ayuntamiento. Y de nada sirvió. Finalmente, decepcionadas con el comportamiento arbitrario de la Administración,  las familias pusieron un recurso. Si la Administración nos falla, el sistema legal nos protegerá. Y un juez nos dio la suspensión cautelar. Pero un magistrado nos la quitó. Y nos la quitó porque somos pocas ( ¿las injusticias se miden en función del número de personas a las que afectan?), porque no se puede presuponer el comportamiento caprichoso de la Administración (¿la imposición de una medida sin datos de demanda y sin considerar otras alternativas que no perjudican a nadie no es un capricho?), y porque la suspensión atrasa los plazos de matriculación y perjudica a todos los preinscritos (¿acaso todos los preinscritos están contentos con el comportamiento de la Administración? ¿De verdad que atrasar los plazos de matriculación es más grave que expulsar a niños de sus escuelas mediante políticas arbitrarias?). La decepción y el sentimiento de indefensión es monumental. En la lucha de David frente a Goliat, el sistema legal  apoya a Goliat. Y es justo apoyar a Goliat si tiene razón, pero no la tiene. Si se mantiene la suspensión, Goliat se va a enfadar mucho y la presión será fuerte. Levantemos la suspensión y como David es débil, hará poco ruido. Y  aunque nuestra fe en las instituciones se ha quebrado y ya nadie podrá reparar el perjuicio a nuestros hijos, vamos a intentar seguir adelante con el proceso legal. A pesar del coste económico que supone. Porque creemos que todavía es posible que se haga justicia y que con ello, no se repitan medidas educativas impositivas que tan perjudiciales son para toda la sociedad.

 Ariadna García Prado
Madre afectada de Fuerte Príncipe, en representación de las 62 familias en el recurso afectadas por el cambio lingüístico en las escuelas infantiles

Después de conocerse la decisión de la Sala de lo Contencioso-Administrativo no nos queda otra opción que nuestros hijos cambien de escuela a mitad de un ciclo o continuar en las escuelas ya matriculados con un modelo lingüístico no elegido.

A continuación se puede leer el último comunicado o descargarlo aquí

Un día funesto para la Educación

 Como no podría ser de otra manera, las familias que recurrimos por la vía judicial la reorganización de las Escuelas Infantiles Muncipales de Pamplona aceptamos la decisión de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de levantar la suspensión cautelar de dicha reorganización.

El magistrado de la Sala ha considerado que el perjuicio que se les estaba causando a las terceras familias que habían visto el proceso de matrícula paralizado justifica el perjuicio a las familias que somos expulsadas de los centros educativos reorganizados, por tratarse de un mal menor. Además secunda el argumento del Ayuntamiento de que revertir la situación dados los plazos de inicio de curso es muy difícil o directamente imposible. El juicio sobre las razones de la demanda se pospone a más adelante, pero se considera que la suspensión cautelar afecta negativamente al interés general.

La resolución tiene sin embargo consecuencias muy negativas para el interés general. La actuación del Ayuntamiento crea un precedente muy grave de política de hechos consumados (más propios de estados totalitarios de este siglo o anteriores, tal como hemos visto en Crimea y el Donbás, y otrora en Austria o los Sudetes) que el juez no se han atrevido a desautorizar. Esta política se utiliza para desmantelar la educación de nuestros hijos en su más tierna infancia. Si bien se hace con el fin de adaptar la oferta lingüística a la demanda (medida sin rigor), el resultado es la destrucción de equipos consolidados de profesionales que habían conseguido un grado de calidad en Educación Pública que otros tratan de replicar. Sentado este precedente, nada puede impedir que el próximo gobierno municipal o foral, ya sea de la actual oposición o de otros partidos aún por aparecer, adoptase medidas similares en sentido contrario.

Y es que así de fácil de destruir es una construcción tan frágil como la Educación de calidad. Teniendo en cuenta la creciente devaluación de los estándares de vida de los ciudadanos y la evidente obsolescencia de nuestro modelo productivo, no hay bien que debamos cuidar más en nuestra sociedad, tanto si es de carácter Pública o concertada, pues es el único camino hacia un futuro próspero para todos. Lamentablemente a nuestro Ayuntamiento no le importa nuestro futuro como sociedad sino tan solo quizá los próximos resultados electorales. Mientras tanto agita a sus votantes naturales enfrentando a las familias que tratamos defender los derechos de nuestros hijos con aquellas que desean (legítimamente) escolarizar a los suyos en euskera, y derrochan el dinero de nuestros impuestos en costas judiciales y chocolatadas populares en vez de en plazas de nueva creación, que es lo que se necesita.

A pesar del desánimo y la frustración que nos provoca la última decisión judicial, seguimos convencidos de la justicia de nuestra causa y mantendremos nuestra demanda para tratar de que esta situación no vuelva a afectar a otras familias. Agradecemos a todas las demás familias, todos los ciudadanos y organismos que nos habéis mostrado vuestro apoyo en estos meses.  Nos jugamos nuestro futuro.

Miembro de la APYMA de la Escuela Infantil Donibane, en representación de las 62 familias recurrentes.

El comunicado que se ha enviado a la prensa para anunciar la concentración del jueves 9 de junio, en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona a las 19h se puede consultar aquí o leer a continuación:

No a la imposición, si a la Educación

Las familias afectadas por la reestructuración de las escuelas Infantiles de Fuerte Príncipe, Donibane y Hello Rochapea convocan a una concentración el próximo jueves 9 de Junio a las 7 de la tarde en la plaza del Ayuntamiento e invitamos a toda la comunidad educativa a unirse a nosotros.

El Ayuntamiento está buscando por todos los medios y al precio que sea que la suspensión cautelar del proceso de restructuración de las escuelas infantiles Fuerte Príncipe, Hello Rochapea y Donibane desaparezca de su camino. Un camino que comenzó mal desde el principio, cuando nuestros gobernantes pensaron que para expandir plazas en euskera “todo vale”: se puede hacer sin datos ni estudios independientes de la demanda, sin transparencia, sin participación ciudadana, y lo que es peor, expulsando a niños y niñas de 0 a 3 años de sus escuelas, sin respetar la gradualidad básica de cualquier reforma educativa, ni la elección que las familias de esos niños hicieron en su momento al matricular a sus hijos e hijas en esas escuelas.

Pero resulta que no todo vale. Y que en política, las reformas duraderas son las consensuadas, las que se hacen de forma transparente, planificada y que se basan en datos objetivos. En vez de esto, el Ayuntamiento ha atropellado a sus ciudadanos, ha  fomentado la confrontación entre familias, ha convocado manifestaciones en contra de jueces y decisiones judiciales, y ha abusado de su poder durante todo este proceso. Y lo que es peor, ha demostrado que no le preocupan los problemas de su ciudadanía atrasando intencionadamente el proceso legal para afectar negativamente al mayor número de familias posibles para luego enfrentarlas, y buscando vías legales alternativas indebidas para tratar de justificar lo injustificable y decir que no se pueden modificar los plazos de preinscripción y matriculación. En definitiva, el Ayuntamiento está malgastando deliberadamente  el tiempo, un tiempo más que suficiente para repetir el proceso de preinscripción en las escuelas infantiles.

Por todo esto las familias afectadas directamente e indirectamente por la reestructuración de las escuelas infantiles os pedimos que apoyéis  la concentración el próximo jueves 9 de Junio a las 7 de la tarde en la plaza del Ayuntamiento. Invitamos también a las educadoras afectadas,  a  todas las familias de las escuelas infantiles , a  toda la comunidad educativa y a la sociedad en general, porque creemos que imponer reformas educativas sin gradualidad, sin respeto por las elecciones de las familias, y en definitiva, por imposición nos perjudica a todos. Se sienta un peligroso precedente que garantizará que en el futuro otros niños y niñas se vean afectados por reformas educativas impositivas similares. En esta concentración pedimos que el Ayuntamiento acate la suspensión de una vez, deje de gastar el dinero de los impuestos de los ciudadanos en recursos que lo único que hacen es atrasar más el proceso de repetición de las preinscripciones, y que entienda de una vez que no todo vale para alcanzar sus fines.

El viernes 3 de junio hicimos público un comunicado como respuesta a la última nota de prensa del Ayuntamiento de Pamplona. Lo puedes descargar aquí.

El Ayuntamiento está desesperado. Sí, desesperado y busca por todos los medios que la suspensión cautelar desaparezca de su camino. Un camino que comenzó mal desde el principio, cuando nuestros gobernantes pensaron que para expandir plazas en euskera “todo vale”: se puede hacer sin datos ni estudios independientes de la demanda, sin transparencia, sin participación ciudadana, y lo que es peor, expulsando a niños y niñas de 0 a 3 años de sus escuelas, sin respetar la gradualidad básica de cualquier reforma educativa, ni la elección que las familias de esos niños hicieron en su momento al matricular a sus hijos e hijas en esas escuelas.

El Ayuntamiento parece tener mucha prisa, prisa no justificada que le ha llevado a atropellar a sus ciudadanos, a fomentar la confrontación entre familias, a convocar manifestaciones en contra de decisiones judiciales, a abusar del poder, y  en definitiva a dar un ejemplo de comportamiento antidemocrático. Y lo que es peor, este Ayuntamiento también ha demostrado en este proceso que ni se preocupa por sus ciudadanos ni le importa lo que a estos les pase. Está claro que no le importan los niños que se han visto forzados a cambiar de escuela o a quedarse en un modelo lingüístico y pedagógico que no eligieron. Ni tampoco le importa el precedente tan peligroso que esta reforma no gradual establece en educación. Pero es que tampoco le importan las más de 1.000 familias preinscritas, porque si de verdad le importasen, no habría atrasado deliberadamente el proceso legal, dificultando que el juez dictase la suspensión cautelar antes de que se publicasen las listas provisionales de admitidos en las escuelas infantiles y alegando después que precisamente por ello la decisión judicial afectaba ya a muchas más personas y no podía mantenerse. ¿Y cómo ha podido atrasar el proceso judicial? Muy fácil. Desde los juzgados se envían dos correos electrónicos: en uno se notifica al servicio legal del Ayuntamiento sobre el recurso judicial interpuesto por las familias afectadas con su correspondiente adjunto (escrito y documentos presentados por las familias), y en el otro se comunica que, al haberse pedido por las familias recurrentes la suspensión cautelar del proceso, tal y como consta en la documentación remitida con el primer correo, se concede al Ayuntamiento un plazo de 10 días hábiles para que pueda oponerse a dicha petición.  Por error no se anexa con ese segundo correo la resolución judicial que abría el plazo de 10 días hábiles para contestar, pero sí se indica en el cuerpo del email que se adjunta la resolución dando el plazo. Los servicios legales del ayuntamiento, contrariamente a toda lógica, no dicen que no han recibido el adjunto. No dicen ni media palabra. Y dejan pasar los 10 días hábiles que tienen de plazo  para llamar en el décimo día al juzgado y avisar de que no les ha llegado el adjunto indicado en el email. En consecuencia, y muy a su pesar, el juzgado les concede otros diez días hábiles, que de nuevo agotan, porque no es hasta el último día que presentan sus alegaciones a nuestra solicitud de suspensión.  El resultado es que el Ayuntamiento consigue tener paralizado el procedimiento judicial durante un mes completo, justamente el mes en que están confeccionando las listas de admitidos provisionales. El resto lo sabemos todos, nos conceden la suspensión cautelar el mismo día que se publican las listas de preinscritos admitidos provisionalmente. La demora provocada por el Ayuntamiento consigue que más familias se sientan perjudicadas, aunque sea de modo indirecto.

Y finalmente, por si fuera poco, el Ayuntamiento acaba de presentar otra nueva petición en el Juzgado, con la complicidad del Gobierno de Navarra. Con esta nueva petición utiliza de forma torticera una vía que está pensada para otro supuesto, porque no ha habido ningún cambio en las circunstancias tenidas en cuenta por el juez que concedió la suspensión. El Ayuntamiento simplemente ha pedido otro informe “ad hoc” con posterioridad a la suspensión. Este informe “ad hoc” del Secretario Técnico del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra dice que se han producido las adjudicaciones definitivas en el proceso de admisión, lo que es completamente falso, al menos en las 12 escuelas infantiles municipales de Pamplona. Olvida que el juez dictó su auto al mismo tiempo que se publicaron las listas de admitidos provisionales, por lo que desde ese momento ya no podía seguirse adelante con el procedimiento de admisión y, por tanto, nunca se llegaron a publicar las listas definitivas.  Además, la mera participación en un proceso de admisión no genera derecho alguno a ser adjudicatario de la plaza, ni tampoco la admisión provisional, sobre todo si una resolución judicial decide hacer volver las cosas a su inicio. Por tanto, no hay derechos adquiridos que valgan, tanto más, cuando el juez acordó la suspensión conociendo y valorando que se habían presentado ya las solicitudes de preinscripción, y consideró que el interés de las nuevas familias preinscritas no estaba por encima del interés de las familias afectadas por los cambios suspendidos. Finalmente, la vigencia de la Resolución 26/2015, de 15 de Febrero, no es obstáculo alguno para mantener la suspensión judicial. Lo que parecen no entender el Ayuntamiento y el Gobierno de Navarra es que tienen que obedecer el auto judicial, cambiando o adaptando los plazos que sean necesarios, siendo que las circunstancias previstas en febrero han cambiado para ellos, y no al revés. La verdad es que en mucho menos tiempo del que se ha invertido ahora en pedir, redactar un nuevo informe y hacer un nuevo escrito al Juzgado se dicta una Resolución administrativa de cambio de fechas y plazos.

En fin, que juzgue el lector la buena o mala fe del Ayuntamiento en todo este proceso. Ya es hora de que nuestro gobernantes se den cuenta de que no todo vale para conseguir sus fines.